Calor en la Sombra

“Calor en la sombra” no sólo es un álbum de la banda estadounidense de hard rock KISS, lanzado en 1989, y en donde se incluyen éxitos como “Forever”, “Cadillac Dreams” y “Hide Your Heart” (Esconde tu corazón), y en cuya portada Hot in the Shade (Calor en la Sombra) aparece una pirámide egipcia, que alegre se protege del ardiente sol con lentes negros.

“Calor en la Sombra” es el espacio de periodismo y difusión que ustedes estaban esperando, en el que aparecerán textos principalmente de mi autoría y a veces de amigos invitadoscomo artículos de análisis, frescos ensayos, crónicas, reseñas de libros, notas periodísticas, así como entrevistas, semblanzas o retratos de personajes del arte, la cultura, y por qué no, hasta de la política, entre otros temas de interés.

Así como algunos personajes pintorescos de dominio público y otros de la calle, que deambulan bajo la sombra del anonimato, y que en muchas ocasiones han aportado algo al mundo; aunque el mundo se haya olvidado de ellos.

Será también un espacio de difusión de otros blogs afines de periodistas y escritores amigos, plumas finas y lentes tenaces como el cronista Kristian Antonio Cerino, el periodista Víctor Ulín y el reportero gráfico Jaime Avalos, por mencionar algunos, relacionados a la causa, que viven y trabajan y respiran bajo la lluvia de fuego de Tabasco “Capital mundial del calor y los mosquitos”, donde la temperatura se dispara por encima de los 45 grados, y alcanza a la sombra, los 40. Tierra donde El sol se saca del bolsillo el día.

Ya sea en tu computadora, en tu BlackBerry o en un periódico que los publique, estos textos son ideales para disfrutar en la oficina, en el sofá de tu casa o en una hamaca… Siempre bajo el Calor que nos brinda la Sombra.

Sean ustedes bienvenidos, esta es su casa, pueden entrar en ella cuando ustedes gusten, o como dijera la canción de Eagles, Hotel California: “Puedes visitarlo cada vez que quieras, pero nunca lo podrás dejar…”

Atentamente:

Jaime Ruiz Ortiz

Fotografía de portada: Ricardo Cámara

Diseño de portada: Armando Gómez Romero

lunes, 23 de julio de 2012

Sabia virtud de conocer los sueños


Por Jaime Ruiz Ortiz
El hombre caza y lucha. La mujer intriga y sueña; es la madre de la fantasía, de los dioses. Posee la segunda visión... Los dioses son como los hombres: nacen y mueren sobre el pecho de una mujer...
JULES MICHELET
Dedicado a María Inés Armengol
y a Kristian Antonio Cerino

Kristian Cerino charlando con Jaime Ruiz.
(Foto: Jaime Ávalos)


Siempre he pensado que las mujeres y en especial las que están cerca de nosotros cuentan con dones especiales que las hacen ver lo que nosotros no podemos ver.

Digo esto porque el pasado domingo 17 de julio de 2011, mi esposa, María Inés Armengol, a la hora del desayuno, sentados en la mesa de la casa, me dijo de repente: “¿Y tu amigo Kristian Cerino, qué me cuentas de él, no lo has visto?”.

Le dije que no, que últimamente hemos estado ocupados.

“Soñé que platicabas con él”, continuó la charla. Explicó que casi no se acuerda de su cara pero estaba segura que era él el del sueño, y “en el sueño, aquí en la sala de la casa, Kristian te decía que su papá acababa de fallecer”.

Conozco a su padre, se llama don Asunción Cerino; fue saxofonista de una extinta banda musical Apunté.  

“Pues deberías marcarle pronto”, sentenció en tono exigente, de mujer.

Es tan misterioso el poder de los sueños que muchos de los hombres de ciencia más brillantes se durmieron pensando alguna vez con un dilema en la cabeza: una ecuación, un nombre, un dato, una cifra, una frase reveladora, un material que le faltara para culminar su invento, y despertaron después, alegres, con la respuesta rebotando en su cabeza.

Aunque algunos olvidan lo que sueñan, cuentan que el pintor surrealista Salvador Dalí, antes de pintar, dormía una siesta en su sillón, acomodaba sus manos a los lados del mismo y en una de ellas sostenía una canica. Todavía despierto, la fuerza de sus dedos alcanzaba a sostener el pequeño esférico. Pero al caer en el sueño profundo, preso entre las redes de Morfeo, soñando, la pequeña esfera de cristal caía inevitablemente en una bandeja de lámina (que Dalí había puesto con anterioridad) provocando un estruendo que despertaba al artista en el clímax de un extraño sueño; fresco, que Dalí empezaba a pintar en ese momento, pues ya tenía el óleo y las pinturas listas: El sueño era su inspiración.

Alguien también brillante inventó la frase “Consúltalo con la almohada”, reconociendo el poder inspirador de los sueños. Ya lo decía el poeta Sabines: “Pon una hoja tierna de la luna debajo de tu almohada, y mirarás lo que quieras ver”.
La Persistencia de la Memoria.
(Salvador Dalí)

No falta la señora, la tía, la vecina que conoce el futuro a través de los sueños, “es una virtud que se cosecha”, dice el comunicador Erik García Madrazo, y ex compañero nuestro en la universidad… Puede ser.

Gabriel García Márquez, en el cuento “Me alquilo para soñar”, relata la historia de una mujer cuyo único oficio era soñar, soñar y durante el desayuno decirles a los patrones de la casa cuál era su destino para ese día. Ese era su trabajo. Le pagaban sólo por eso.

En “Me alquilo para soñar”, el poeta Pablo Neruda, duerme una siesta, y al despertar expresa:

Soñé con esa mujer que sueña.
Qué soñaste, le preguntan.
Soñé que ella estaba soñando conmigo…

Al día siguiente de esa charla con mi esposa le hablé a mi amigo Kristian Cerino a su celular:

“Cómo estás”, le dije.
“Bien bien”. Respondió de inmediato con esa voz dinámica que tiene. A lo lejos se escuchaba el sonido de tambores y saxofones lejanos: “Estamos en el panteón”, y agregó,  “…Ya le están echando tierra”.

María Inés Armengol.

Esa mañana en Telereportaje, el periodista Jesús Sibilla informó que había muerto alguien de apellido Cerino, ex saxofonista de un extinto grupo musical.

El que había muerto era el abuelo de Kristian, don Lucio Cerino, no era su padre.

Una vez más se había comprobado lo que me suponía. Sólo me resta decir que: Las mujeres portadoras de “esa segunda visión”, además de divinas, también son adivinas.