“El hombre que enterró las primeras tuberías en el infierno verde”
Les comparto un fragmento de la entrevista que le hice a uno de los pioneros del agua potable en México, el hombre que enterró las primeras tuberías en Villahermosa: “los planos los tengo en mi cabeza, en mi memoria que se olvida a veces de algunas cosas, menos de eso”.
Por Jaime Ruíz Ortiz
Felipe Vera Camarillo nace en el estado de Guanajuato, el 4 de marzo de 1926. La primera vez que escuché la palabra ingeniero estaba yo chamaco —relata emocionado—. Hubo una temporada que llovió mucho y con esto se abrió un boquete en la azotea de la casa, y en eso concurre todo el barrio a averiguar qué es lo que había pasado; aquel suceso era la novedad.
Y alguien comenta acerca del techo: ‘Se va a caer’. Otra persona pregunta: ‘¿Pero cuánto tiempo tardará?’. Alguien más expone: ‘El único que podría decidirlo es un ingeniero’. Y yo me pregunté: ‘¿Y ese señor cómo le hará?’ Quería saber cómo ese hombre podía decidir si la casa se iba a caer o no. Ahí yo supe mi verdadera vocación: que iba a ser ingeniero.
Pertenezco a una familia de gente de trabajo. Y ya estando chamaco los papás lo encaminan a uno a que aprenda un oficio para ver en qué da uno resultados… Total, que en ningún oficio di resultados.
Intenté aprender a ser tornero, mecánico, y en varios oficios le busqué. Intenté de todo pero la pendejié. Hasta que llegó mi papá y dijo: ‘Tú no sirves pa’ nada, mejor ponte a estudiar’.
Gracias a esa situación de que ‘no servía yo para nada’, fue entonces que me metieron a estudiar la secundaria.
Aparece en las fotografías con sombrero campirano,
con sus manos dispuestas a la cintura,
con actitud victoriosa, de conocedor,
del que sabe que todo lo sabe.
Años después se tituló como ingeniero civil, siendo uno de los primeros ingenieros civiles que egresó de la Universidad de Guanajuato.
En Tabasco, junto con otros cuarenta colegas, funda, a principios de 1968, la asociación civil constituida con el nombre de Colegio de Ingenieros Civiles de Tabasco, A.C., siéndole otorgado el permiso correspondiente el día 4 de abril de ese mismo año.
—He visto a la ciudad de Villahermosa varias veces inundada y, desde luego, participé en la solución de esos problemas —apunta Camarillo. Su voz profunda, cavernosa, parece surgida desde la oscuridad de un pozo profundo.
En mayo de 2005, la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México (ANEAS) le hace entrega de la Presea al Mérito, “por su relevante contribución al desarrollo del sector agua potable, alcantarillado y saneamiento de México”, siendo el primer tabasqueño que ha sido merecedor de este premio. “Me invitaron de repente —dice— a la ciudad de México, y fui a buscarlo [el premio].”
Actualmente trabaja como asesor en el Sistema de Agua y Saneamiento (SAS) perteneciente al municipio de Centro. “Nunca me ha gustado —aclara— que me muevan el tapete. Ahí en el SAS voy cuando quiero, llego a trabajar cada vez que quiero.”
Para algunos, Felipe Vera Camarillo es un atlas viviente, una memoria que contiene los mapas de los laberintos de tubos que hierven bajo la capital del infierno verde.
“cubriéndose los labios, como tratando de evitar
que otros escuchen la respuesta que sale
entre sus dientes levemente abiertos”
(En la foto Humberto Mayans y José Ramón Pérez Lanestosa,
consultándole alguna opinión)
A sus 86 años de edad, y más de ocho décadas después de aquella anécdota en la que encontró su verdadera vocación, Felipe Vera observa el techo de la sala de su casa —ubicada en la colonia López Mateos, en la ciudad de Villahermosa—, mismo que tiene una compostura que hace alusión a lo que, un día, en su lejano Guanajuato, lo inspiró a estudiar ingeniería.
― ¿No cree que el problema que tiene su techo es muy parecido a lo que usted vio de niño y lo inspiró a ser ingeniero? —le pregunto frente a aquella reparación.
Sorprendido, contesta, rascando su lisa cabeza.
― ¡Ay caray! No me había fijado… Pero tienes mucha razón.
¿CÓMO ES LA COSA? El día de hoy que estaba subiendo a mi blog este texto, llegó a la oficina, Felipe Vera Gaxiola, hijo de dob Felipe Vera Camarillo, y platicamos un rato de él y nos tomamos esta foto.
Este texto es parte de la entrevista titulada “Yo era quien tomaba las decisiones”, publicada en el libro “El Agua tiene Memoria” (La historia del manejo del agua potable en Tabasco), Gobierno del Estado de Tabasco, Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS, 2012). Es también un humilde homenaje a uno de los pioneros del agua potable en Tabasco y en México, Felipe Vera Camarillo, quien falleció el 21 de septiembre de 2013.