Calor en la Sombra

“Calor en la sombra” no sólo es un álbum de la banda estadounidense de hard rock KISS, lanzado en 1989, y en donde se incluyen éxitos como “Forever”, “Cadillac Dreams” y “Hide Your Heart” (Esconde tu corazón), y en cuya portada Hot in the Shade (Calor en la Sombra) aparece una pirámide egipcia, que alegre se protege del ardiente sol con lentes negros.

“Calor en la Sombra” es el espacio de periodismo y difusión que ustedes estaban esperando, en el que aparecerán textos principalmente de mi autoría y a veces de amigos invitadoscomo artículos de análisis, frescos ensayos, crónicas, reseñas de libros, notas periodísticas, así como entrevistas, semblanzas o retratos de personajes del arte, la cultura, y por qué no, hasta de la política, entre otros temas de interés.

Así como algunos personajes pintorescos de dominio público y otros de la calle, que deambulan bajo la sombra del anonimato, y que en muchas ocasiones han aportado algo al mundo; aunque el mundo se haya olvidado de ellos.

Será también un espacio de difusión de otros blogs afines de periodistas y escritores amigos, plumas finas y lentes tenaces como el cronista Kristian Antonio Cerino, el periodista Víctor Ulín y el reportero gráfico Jaime Avalos, por mencionar algunos, relacionados a la causa, que viven y trabajan y respiran bajo la lluvia de fuego de Tabasco “Capital mundial del calor y los mosquitos”, donde la temperatura se dispara por encima de los 45 grados, y alcanza a la sombra, los 40. Tierra donde El sol se saca del bolsillo el día.

Ya sea en tu computadora, en tu BlackBerry o en un periódico que los publique, estos textos son ideales para disfrutar en la oficina, en el sofá de tu casa o en una hamaca… Siempre bajo el Calor que nos brinda la Sombra.

Sean ustedes bienvenidos, esta es su casa, pueden entrar en ella cuando ustedes gusten, o como dijera la canción de Eagles, Hotel California: “Puedes visitarlo cada vez que quieras, pero nunca lo podrás dejar…”

Atentamente:

Jaime Ruiz Ortiz

Fotografía de portada: Ricardo Cámara

Diseño de portada: Armando Gómez Romero

lunes, 14 de mayo de 2012

Jeremías Marquines. El tabasqueño que conquistó el Aguascalientes




El cau-cau, animal de la ausencia, viaja en el hueco de tu mano.
Homero Aridjis


Desde que se publicó su primer libro El ojo es una alcándara de luz en los espejos (Fondo Editorial Tierra Adentro, 1996), Jeremías Marquines nos ha mostrado una virtuosa habilidad en el uso de un lenguaje distinto. La exploración de nuevas formas y, como aquel divino alquimista que ensaya neologismos que él mismo inventa, Marquines practica un nuevo discurso. Es un pájaro distinto dentro de las especies de la geografía tabasqueña y nacional.


Con frases como “pájaro morido”, “tristura”, “rompidas puertas”, lo comprueban. Su poesía se inclina a las palabras con una carga triste:


Escribe:

Y si algo nos duele no es el viento ni su forma
silenciosa de matar que nos espanta.
Lo que duele es esta ausencia quebrándonos los ojos
esta manera simple de morir
esta sangre aullando entre las venas…



Yo conocí al poeta Jeremías Marquines en 1997, en el desaparecido Café Selectos ubicado en el centro de la ciudad de Villahermosa. El poeta Roberto Velázquez Pacheco nos presentó. Hablamos esa mañana de poesía y sobre la literatura tabasqueña. De los últimos libros publicados por estas aguas y sobre un lugar para poder ir a tomarnos unas cervezas llamado El Cuarto Frío. Sobre la carrera que empezaba yo a estudiar, y sobre mis deseos de incursionar en un futuro no muy lejano en el periodismo.


El calendario marcaba el 4 de noviembre de 1997, y los periódicos informaban de los muertos por hipotermia registrados en el norte del país. En el interior de sus hogares: La muerte los había alcanzado a domicilio. Su tono era duro y sus frases secas.


(Quedamos de vernos pronto. Cosa que no sucedió durante mucho tiempo…)


Años después nos encontramos y una amiga en común, la poeta Verónica Sánchez Marín ‘nos volvió’ a presentar: “Él es Jaime Ruiz —dijo ella— y trabaja como editor en un periódico local”.


Jeremías ―con la ironía y el sarcasmo que lo caracterizan— contestó el saludo de la siguiente manera: “Yo soy periodista deadeveras y no mamadas como los de aquí”, dijo tajante, casi endiablado, mientras empuñaba con su mano derecha, una cerveza Sol que acababan de servirle.


Yo lo desarmé invitándole en la rocola del bar, unas canciones de la Sonora Santanera. Repetimos hasta el cansancio “Perfume de Gardenias” y “Amor de Cabaret”.


Marquines se derrumbó sobre su silla y, como un dragón domesticado, fumaba con odio sus Delicados sin filtro, mismos que reemplazaba constantemente… Detrás de la máscara de humo que se formaba y deshacía, se asomaba su sonrisa que relucía un diente ausente: Un hoyo… Y es precisamente un agujero lo que nos tiene aquí reunidos: el de La Pantera Rosa.


(Porfirio Díaz)      Ervey Castillo, Jeremías Marquines, Armando Alanís y Jaime Ruiz


Dónde tiene el hoyo La Pantera Rosa es un poema erótico y violento de 21 fragmentos, divididos en 30 cuartillas.


Acapulco a medio día. Un personaje raro, fuma, toma un taxi, “siga mi mano”, le dice. Intenta siempre destapar una cerveza y no lo consigue. Acapulco a medio día. Quiere comprar un ventilador, abordar un barco. ¿Qué es el hoyo? Dicen los que saben: algo que puede estar lleno de nada, es una ausencia presente. Para las malas lenguas, acostumbradas a frecuentar estas cavidades: a un hoyo “mientras más le quitas, más grande se hace”. Como buscar lo que es ausencia. Palpar la redondez del vacío.


Delante del hoyo, a un lado de él, del otro, en medio del hoyo; fuera de él, lo habita; contempla sus orillas. “Los cuerpos buscan hoyos. Repeticiones de sí mismos”. El hoyo es jaula, libertad encarcelada, aprendizaje de uno mismo. Tiene la forma de un beso, una mordida, un aro de humo.


Escribe Marquines:

Junto a la ventana
una caja fuerte,
adentro.

La noche azul en la ventana.
La luna en la luna.
Las estrellas crían peces.

Un hombrecito quiere robarla.
Intenta con cincel y martillo,
con llaves maestras,
con dinamita.
Siempre fracasa;
resbala,
cae por la ventana,
la caja lo aplasta,
se lastima.


Nada hay afuera,
que no sea la noche.


Continúa en otra parte:

El hoyo es siempre todo en todas partes.
Te doy un beso, necesito un martillo
para matar a los gallos del vecino
y al vecino
vuelvo a apretar tus nalgas antes de partir.


























El hueco es filosofía. Presentimiento. Al igual que José Carlos Becerra, en el poema La otra orilla, Jeremías se pasea por los bordes del hoyo, coquetea, y no sabe si está en el fondo, en el centro, o en otra parte.


Cuando realizaron el personaje The Pink Panther o La Pantera Rosa, los creadores pensaron en un dibujo animado que tuviera como principales características tres cosas: que fuera graciosa, muda y de color rosa. Pero ¿quién diablos iba a ponerse a imaginar en Dónde diantres tiene el hoyo La Pantera Rosa? Esa es tarea sólo para Marquines.


El personaje se sienta bajo el sol en unas vías de trenes que se bifurcan hacia ninguna parte, en su sillita enana, mientras observa a las gaviotas que costuran la tarde con el mar, el agua con el cielo. La Pantera Rosa, dominguera, paseante, abre la cerveza.


Y hoy lo veo, mostrando una dentadura completa, en la que ya no existe hoyo. Un poco más serio y recatado, seguramente pensando que saliendo de aquí podríamos ir a El Cuarto Frío, ese mítico bar de Villahermosa donde hace algunos años prometimos tomarnos unas cervezas, y bajo el cual hace poco abrieron un negocio donde venden jugos y licuados, que se llama La Pantera Rosa.


Jeremías Marquines:
Por Rogelio Urrusti



  Texto leído bajo el título: “Varias especies de Pantera Rosa y sus formas de ser gris desde antes de todos los adentros”, en el marco del VII Encuentro Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer, durante la presentación del libro Dónde tiene el hoyo La Pantera Rosa.


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Fotos: Archivo personal/Instituto Estatal de Cultura

5 comentarios:

  1. NO ME GUSTA SU POESÍA, YA QUE ES UN POETA INICÁSTICO, E INICÁSTICO DE A DEVERAS NO MAMADAS. A ÉL, PERSONALMENTE SE LO DIJÉ.

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  2. Me suena, me suena.

    Saludos, ese.

    Por cierto, ¿quién es ese Unknown que anda nomás gugleando al Marquines y comentando a diestra y siniestra que es 'inicástico'?

    Y, ya de pasadita, ¿qué coños es inicástico?

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    Respuestas
    1. Me llamo Ricardo Aguirre.

      Si icástico es lo natural, sin disfraz ni adorno; ¿qué será entonces lo inicástico?

      Lo entrevisté alguna vez y debido a qque le gusta hablar muy gerundiano, entre otras cosas me preguntó al no entender por qué lo atacaba: ¿Y tú... cuál es todo tu armastrote? (sic y recontrasic).Casi me meo de la risa.

      Quizá, si le preguntas a él, niegue el conocerme, pero bien sabe quién soy.

      Atte: Ricardo Aguirre B.

      PS: tengo la entrevista grabada, por si la quieres, dice una bola de mamadas, las mismas que en muchos lados le aplauden. Me terminó por fastidiar tras escribir una tras otra que los guerrerenses somos "pendejitos".

      PS2: Me rehuye, desde el 2002 en que escribí cinco artículos contra él. Debido a que en la entrevista, que menciono arriba, me dijo que no leía todo lo que salía en los periódicos, es que con mi secretaria (soy pediatra) le mandé los restantes cuatro artículos que escribí contra él. A otros les contesta, a mí me tuvo y tiene miedo.
      PS3: Escribí una crítica literaria a su libro "Las formas de ser gris adentro." Él la tiene, que te la enseñe.
      PS4: No soy escritor ni poeta, más bien soy médico, poeta y loco.

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    2. Te recomiendo leer la reseña de Marco Antúnez Piña al poemario “Acapulco golden.”

      Atte:
      Ricardo Aguirre

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  3. Gracias por los datos. Muy lúcida la reseña de Antúnez (se puede leer aquí https://resenariopoesia.wordpress.com/2012/06/22/la-anecdota-no-es-suficiente/). Estaría bien leer una réplica de Marquines a ella, me parece.

    Inicástico, ¿eh? Me parece bien.

    Saludos.

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