Calor en la Sombra

“Calor en la sombra” no sólo es un álbum de la banda estadounidense de hard rock KISS, lanzado en 1989, y en donde se incluyen éxitos como “Forever”, “Cadillac Dreams” y “Hide Your Heart” (Esconde tu corazón), y en cuya portada Hot in the Shade (Calor en la Sombra) aparece una pirámide egipcia, que alegre se protege del ardiente sol con lentes negros.

“Calor en la Sombra” es el espacio de periodismo y difusión que ustedes estaban esperando, en el que aparecerán textos principalmente de mi autoría y a veces de amigos invitadoscomo artículos de análisis, frescos ensayos, crónicas, reseñas de libros, notas periodísticas, así como entrevistas, semblanzas o retratos de personajes del arte, la cultura, y por qué no, hasta de la política, entre otros temas de interés.

Así como algunos personajes pintorescos de dominio público y otros de la calle, que deambulan bajo la sombra del anonimato, y que en muchas ocasiones han aportado algo al mundo; aunque el mundo se haya olvidado de ellos.

Será también un espacio de difusión de otros blogs afines de periodistas y escritores amigos, plumas finas y lentes tenaces como el cronista Kristian Antonio Cerino, el periodista Víctor Ulín y el reportero gráfico Jaime Avalos, por mencionar algunos, relacionados a la causa, que viven y trabajan y respiran bajo la lluvia de fuego de Tabasco “Capital mundial del calor y los mosquitos”, donde la temperatura se dispara por encima de los 45 grados, y alcanza a la sombra, los 40. Tierra donde El sol se saca del bolsillo el día.

Ya sea en tu computadora, en tu BlackBerry o en un periódico que los publique, estos textos son ideales para disfrutar en la oficina, en el sofá de tu casa o en una hamaca… Siempre bajo el Calor que nos brinda la Sombra.

Sean ustedes bienvenidos, esta es su casa, pueden entrar en ella cuando ustedes gusten, o como dijera la canción de Eagles, Hotel California: “Puedes visitarlo cada vez que quieras, pero nunca lo podrás dejar…”

Atentamente:

Jaime Ruiz Ortiz

Fotografía de portada: Ricardo Cámara

Diseño de portada: Armando Gómez Romero

lunes, 13 de mayo de 2013

El Domador de Pozos Petroleros


Roberto Ruiz Alvarado
El Domador de Pozos Petroleros

Por Jaime Ruíz Ortíz

Roberto Ruíz Alvarado, nace en 1944, en Unión Hidalgo, Oaxaca, perteneciente al municipio de Juchitán de Zaragoza.

Estudió Ingeniería en Agronomía por la Universidad Autónoma de Chapingo, en el Estado de México. Apenas desempacado de la carrera, en 1969, Roberto Ruíz trabajaba como cronista deportivo en Radio Hit, en Juchitán.

Lo invitan a dar un discurso. Al escucharlo, el dueño de la fiesta, don Bernabé Morales, preguntó:

− “Y ese muchacho a qué se dedica”.
− “Trabajaba en la radio”, contestó mi abuela, Elena Alvarado.
− “Se ve que muy inteligente”. Apuntó Morales: “Me lo voy a llevar a trabajar a Pemex”.

Y lo invitó a laborar en Petróleos Mexicanos.

Llega a Tabasco −después de una breve estancia en Mal Paso, Chiapas− en donde aprendió todo lo referente a fluidos de perforación.

Roberto Ruíz, conocido en el mundo de maquinarias, temblorinas y fluidos de los pozos petroleros, como “Robertico”; por su buen desempeño, al poco tiempo fue nombrado jefe de la Sección Química de la Compañía “El Águila”, además que colaboró en otras empresas como Protexa y Schlumberger.

Tomó además cursos de especialización en fluidos, capacitándose en Venezuela, Panamá y Estados Unidos. Con más de 30 años de experiencia, “Robertico” era llamado hasta en sus tiempos libres para solucionar problemas que tenían en los pozos: domesticaba pozos, lo que le valió ser reconocido por algunos como “El Domador de Pozos Petroleros”.

El martes 13 de mayo de 2003, Roberto Ruíz Alvarado estaba trabajando en la Compañía Protexa. Venía de Sánchez Magallanes (Tabasco) a entregar un reporte, y, antes de llegar a Cárdenas, en un retorno se le atravesó un camión cañero. No pudo evitar el impacto fatal. Fue una víctima más de la zafra.

A Roberto Ruíz Alvarado le sobreviven su esposa, Virgilia Ortíz Sánchez; sus hijos: Roberto Carlos, Marco Antonio, Rosa Elena y Jaime, de apellidos Ruíz Ortíz.

A diez años de tu partida, amigos y familiares te recordamos, papá, con tu sonrisa fácil, con tu inteligencia desbordada, con tu voz metálica que aún suena como un pájaro picoteando alegre en nuestro corazón…

                 En nuestra casa, te extrañamos. 

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