Hay niños y niñas
en las niñas de los ojos
de las niñas y los niños
Dicen que cada
quien habla a como le fue en la feria, y para quien escribe este texto, esto
fue lo mejor que el ex presidente municipal de Centro pudo haber hecho durante
su trienio: Un parque temático, divertido y colorido, donde los niños pasan
momentos inolvidables, mejores.
Antes de
abrirlo, Evaristo Hernández Cruz convocó a un concurso para que los infantes de
Tabasco pudieran bautizar el parque con el nombre que ellos mismos propusieran.
Ponle nombre a tu parque se convirtió en una campaña que de acuerdo a los
organizadores, recibió propuestas de “más de mil niños de 70 escuelas”.
De ahí
surgieron nombres atinados como el ‘Parque del Amor y la Amistad’, el ‘Parque
de los Corazones’, ‘Parque de la Igualdad’, ‘Divertilandia’ y ‘El Palacio de
los Niños’. No faltó quien propusiera que este espacio se llamara:
‘Evaristolandia’.
(En lo
personal, yo apostaba por los nombres con los que había participado a través de
unos vecinos: “Un mundo Feliz” ―como el libro de Aldous Huxley― y “Sueños y
Sonrisas”).
Aunque ninguna de
mis propuestas ganó el concurso, los organizadores tomaron una decisión: El nuevo
parque se llamaría “De los Sueños y los Deseos”.
Mi hijo
Axel Francisco le dice simplemente: “El parque de Evaristo”.
Inaugurado el martes
2 de diciembre de 2008, ante padres de familia, maestros y cientos de estudiantes
de primaria. Entre fuegos pirotécnicos, payasos y marimbas, Hernández Cruz aprovechó
la oportunidad para presumir este recinto como el “único en su género”.
― “No van a
encontrar en el estado un parque similar a éste” ―Sentenció.
…Y así fue.
Enclavado en un
espacio ubicado entre el Palacio Municipal y el Planetario Tabasco 2000, y
construido en un área reforestada ―a finales de los ochentas― por infantes de
la escuela primaria Niños Héroes, el parque De
los Sueños y los Deseos cuenta con toboganes, resbaladillas, columpios y
aparatos para condicionamiento físico para adultos.
Sus juegos son
azules, rojos, amarillos, verdes y morados, colores que después de algunos años
conservan su brillo, invencibles contra la lluvia y contra el sol y contra el
tiempo.
“El sol es un
hermoso globo rojo cuyo hilo tiene un niño”, mientras las madres, en su mayoría
jóvenes, caminan celosas, vigilantes tras sus hijos, como gallinas que
custodian sus pollitos.
Hay bancas
donde la gente se despeja por un rato de las deudas, los quehaceres de la casa,
de las quincenas que no llegan, del trabajo. Ríen fácilmente, leen revistas y platican
y comen sándwiches y tortas que prepararon en la casa antes de salir.
Voy con mi hijo
seguido los sábados y los domingos a esta pequeña ciudad de sílabas azules,
naranjas y violetas, distribuida en ‘calles’ que tienen nombres como éstos: Sé amigo, Conócete a ti mismo, Vive en
armonía, Lee un libro, Disfruta de la
vida.
Cuenta con
espacios para que los niños pinten al sorprendente Hombre Araña, las aventuras
de Dora la Exploradora, a su primo Diego con todo y su mochila, al Rayo McQueen
junto a su amigo Mate; al flaco Woody montando a Tiro al blanco, y a Buzz
Lightyear como gritando “Al infinito, y más allá”.
En El Parque de Evaristo ―como él mismo le
dice―, mi hijo Axel no se cansa, persigue a una niña durante varios minutos. La
cansa. Corre detrás de otra, y otra y otra más.
Otra niña, ya
agotada, y brillante de sudor:
― “Porqué no
sigues a él” ―le dice―, mientras señala a un niño que pasa manejando un
deportivo invisible, y Axel se monta en su relámpago que es, y lo persigue como
un pájaro tras la flecha, inquieto y feliz.
Desde afuera nos
llega cierto olor a chicharrines, a palomitas fritas y a sorpresas. Huele a
raspados de vainilla, de mangos y de fresas.
Entre las ‘calles’
Actitud frente a la vida y Vive
con alegría se escuchan los columpios donde las frentes se despeinan, donde
los abuelos gozan a sus nietos como no lo hicieron nunca con los padres de sus
nietos.
Existe también un
área para adultos (que no es lo que usted cree), es una especie de gimnasio,
para odiar a nuestras lonjas y a las tortas que se comió en la semana.
Pasan los
childrens frente a uno, juegan con la brisa de las fuentes cercanas.
“El parque de Los Deseos, es un parque
urbano ubicado en Medellín, Colombia, creado con el fin de relacionar el
universo con la gente”, según Wikipedia.
Sigmund Freud,
en un ensayo titulado: Los sueños y los
deseos. La realidad y la ilusión, refiere que “todos los sueños representan
la realización de un deseo por parte del soñador...” Para nosotros que crecimos
entre trompos y canicas, elevando papagayos con suspiros, disfrutamos ver a
nuestros hijos divirtiéndose de una forma distinta a la nuestra: “El Parque de
los Sueños y los Deseos” es el que nuestra infancia soñó.
Axel bajando del tobogán
“El sueño no es
meramente actividad somática ―apuntaba Freud―: es un acabado fenómeno psíquico
de realización de deseos”.
Y todos los
sábados y los domingos mi hijo quiere ir de nuevo, y ya es martes o jueves y él
pregunta cuándo vuelve a regresar.
Llevo a mi hijo
Axel al parque y alegre me dice antes de entrar: “Palque de Evalito: lo quiele
mi colatón”.
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