De
izquierda a derecha: Patricia Mercado, Roberto Campa, Roberto Madrazo y Felipe
Calderón;
la de Andrés
Manuel López Obrador fue la primera silla vacía de aquella noche...
Crónica: Lo que pasó en el 2006
El martes 25 de abril de 2006, millones de
telespectadores vigilaron desde su televisión, las acciones que se realizaban
en el World Trade Center de Ciudad de México, donde cinco menos una de las “sillas
presidenciables” estaban ocupadas.
Los contendientes:
Patricia Mercado, del Partido Alternativa Social Demócrata y Campesino; Roberto
Campa, del Partido Nueva Alianza; Roberto Madrazo, de la Alianza por México;
Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional; Andrés Manuel López Obrador de la
Coalición por el Bien de Todos decidió no asistir, por lo que su silla
permaneció vacía). La moderadora en ese primer debate de 2006 fue la periodista
Guadalupe Juárez.
Hubo participaciones
de breves minutos para cada uno de los candidatos. Aparte, en una sala VIP,
especial para reporteros nacionales y extranjeros, se vigiló con oídos
encendidos y con los ojos de las cámaras atentas, la aparición de alguna
muletilla, alguna frase mal puesta, algún tropiezo de lenguaje de algún candidato,
algo que inspirase el renglón de la nota o de la crónica. Y en eso se estaba
cuando el audio “se cayó”, y entre los típicos chiflidos de protesta como
cuando la luz se va, los reporteros intentaron ingresar a la sala donde se
llevaba a cabo el evento, para escuchar algo, para captar, para
entender algo, pero estos fueron sometidos por policías antimotines.
Pasa algo extraño,
mientras esto sucedía, el Candidato de la Coalición
por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, sentado en la comodidad
de su casa, presenciaba el evento histórico (aunque parezca un poco
contradictorio, el principal protagonista no se encontraba) Después El Peje, con cierto desdén, comentó en
una entrevista que, debido a que se fue la luz de su casa “se apagó su televisor
durante cinco minutos”, justo en el momento en que uno de los expositores hablaba
de él. Un debate “Saboteado” por todas partes, digo yo.
Y hablando ya del
debate ¿Sabe usted quiénes fueron los ganadores en esa ocasión? Hubo dos: Patricia
Mercado y Roberto Campa. Porque Felipe Calderón y Roberto Madrazo se dedicaron
a aventarse uno al otro la papa caliente de las acusaciones. No tuvieron
propuestas claras. Y con esto me refiero al lenguaje autoritario que utilizaron
para expresar sus opiniones, además de un profundo y acentuado desconocimiento
del problema. Lo cual lleva a pensar que a ambos les faltaron “baños de
pueblo”. Aunque parezca contradictorio —aquellos mítines multitudinarios en
donde se han visto inmiscuidos— cada uno por su cuenta, no significaron que
palparan el pulso de la gente, su calor, su real sentir. Fue “Un andar
solitario entre la gente”, como dijera el poeta Quevedo.
El gran ausente de ese
primer debate de 2006,
será el único presente
en este año
Madrazo y Calderón
eran espejos que reflejaban el lenguaje de las culpas. Andrés Manuel fue el
gran perdedor, pero trae un as bajo
la manga, que piensa extraer de su chaqueta en el último debate. Mercado y Campa
no tenían nada que perder pero sí mucho que ganar. Y fueron beneficiados por
los privilegios de los medios de comunicación: ser escuchados.
Terminando las
principales televisoras llenaron sus paneles de invitados. En Televisa: los Gómez
Leyva, los López-Dóriga, los Dresser, los Krauzes y el payaso Brozo disfrazado
de Víctor Trujillo discutieron en: “Y después del Debate”.
En TV Azteca, los
Sarmientos acompañados por los analistas más perrones en: “El debate del Debate”. Ambos grupos buscaron darnos
una imagen del debate, peladito como un plátano, mientras desglosaban por horas
los puntos tocados, dando opiniones y críticas, y mostrando como único ganador
a “Pipe” Calderón, que entre todo lo malo que hubo, fue el menos peor.
Como siempre al día
siguiente El Diario REFORMA, periódico con tintes azulistas, amaneció con su portada: “GANA CALDERÓN”.
Para Germán Dehesa,
Lo Mejor de Madrazo es “Su conocimiento del país y de las fuerzas que en él actúan”,
y “Lo Peor de Madrazo es él”. “Su voz, su historia, sus manos huesudas, su
fingido dolor ante la pobreza de nuestro país, su descubrimiento de que en
México hay corrupción, su solapada defensa de Napoleoncito y los que son como
él. Lo peor es él”. Y continúa: “…había ensayado sus intervenciones hasta la
saciedad”.
Para el poeta Homero
Aridjis, lo peor de Calderón fue que “quiso demostrar que no iba a arrastrar en su gobierno los vicios de su
partido”. Pero “no lo logró del todo”. Enrique Krauze lo calificó de: “Continuismo”.
La
otra silla vacía
¿Supo usted lo que significó en la televisión
“un cuadro vacío” durante unos segundos? Segundos de silencio ¿Supo usted lo
ridículo que se ve que alguien se desaparezca de la cámara y de la vista de millones
por algunos segundos?
Pues eso fue lo que le pasó en aquel primer
Debate del 2006 al candidato de la
Alianza por México, Roberto Madrazo, en su ansiedad por
mostrar unos documentos, éstos cayeron, y en su desesperada lucha por
recogerlos se agachó un instante, y por unos cuantos segundos desapareció de
cuadro. Por lo que en realidad, durante un breve intervalo del Debate no fue sólo
una, sino dos las sillas que estuvieron vacías…
Que
arranque la edición 2012
Este texto fue publicado por vez primera en
“El Periodiquito”, Órgano Autónomo de Información de la Unidad de Humanidades
de la Universidad Veracruzana, ubicada en Xalapa (2006).