Calor en la Sombra

“Calor en la sombra” no sólo es un álbum de la banda estadounidense de hard rock KISS, lanzado en 1989, y en donde se incluyen éxitos como “Forever”, “Cadillac Dreams” y “Hide Your Heart” (Esconde tu corazón), y en cuya portada Hot in the Shade (Calor en la Sombra) aparece una pirámide egipcia, que alegre se protege del ardiente sol con lentes negros.

“Calor en la Sombra” es el espacio de periodismo y difusión que ustedes estaban esperando, en el que aparecerán textos principalmente de mi autoría y a veces de amigos invitadoscomo artículos de análisis, frescos ensayos, crónicas, reseñas de libros, notas periodísticas, así como entrevistas, semblanzas o retratos de personajes del arte, la cultura, y por qué no, hasta de la política, entre otros temas de interés.

Así como algunos personajes pintorescos de dominio público y otros de la calle, que deambulan bajo la sombra del anonimato, y que en muchas ocasiones han aportado algo al mundo; aunque el mundo se haya olvidado de ellos.

Será también un espacio de difusión de otros blogs afines de periodistas y escritores amigos, plumas finas y lentes tenaces como el cronista Kristian Antonio Cerino, el periodista Víctor Ulín y el reportero gráfico Jaime Avalos, por mencionar algunos, relacionados a la causa, que viven y trabajan y respiran bajo la lluvia de fuego de Tabasco “Capital mundial del calor y los mosquitos”, donde la temperatura se dispara por encima de los 45 grados, y alcanza a la sombra, los 40. Tierra donde El sol se saca del bolsillo el día.

Ya sea en tu computadora, en tu BlackBerry o en un periódico que los publique, estos textos son ideales para disfrutar en la oficina, en el sofá de tu casa o en una hamaca… Siempre bajo el Calor que nos brinda la Sombra.

Sean ustedes bienvenidos, esta es su casa, pueden entrar en ella cuando ustedes gusten, o como dijera la canción de Eagles, Hotel California: “Puedes visitarlo cada vez que quieras, pero nunca lo podrás dejar…”

Atentamente:

Jaime Ruiz Ortiz

Fotografía de portada: Ricardo Cámara

Diseño de portada: Armando Gómez Romero

miércoles, 28 de noviembre de 2012

El verdadero inventor del Cubo Rubik, Luis Alonso Fernández






Oriundo de Tenosique, Tabasco, además de Historias del principio, su obra literaria se encuentra desparramada en los libros colectivos 'Casa Llena', 'Érase una vez un cuento', 'Con Ojo de duende', 'A cuenta de cuentos', entre otros.

Por Jaime Ruíz


S
í, ya lo veo, es Luis Alonso Fernández Suárez, el científico y escritor. Lo reconozco bien. Viene llegando entre toda la gente con su caminar de duende, muy despacio, con su esposa del brazo y mochila al hombro, a presentar su más reciente libro de historias infantiles: Cuentos de la manada. Llega. Saluda a los amigos, intercambia comentarios, los abraza. Mira el reloj. Hace tiempo. La tarde tiene aún las uñas azules.



Como escritor, Luis ha publicado el libro Historias del principio, y como científico recibió un reconocimiento por la SCT, por haber quedado su propuesta entre los 25 mejores proyectos  ̶̶ entre 200 ̶  en el Concurso para la Realización de un Experimento en el Espacio, para la puesta en órbita del satélite Morelos II, a bordo del transbordador Columbia.

Luis Alonso sube trabajosamente los escalones, toma su puesto en la tarima, escanea a los presentes mostrando una sonrisa infantil, de bebé con barba.

Sí, ese es Luis Alonso, el que aparece en las fotografías casi amarillas poniendo en marcha el Reloj de Sol del Planetario Tabasco 2000, junto a Abraham Reynoso y Miguel Ángel Ruiz Magdónel, entre otros, a principios de los años ochentas, los mismos que poco tiempo antes habían fundado el Club de Ciencias “Arturo Rosenblueth”.


COCINA SOLAR: Miembros del Club de Ciencias
en sus inicios con su primera cocina solar,
M. C. Abraham Reynoso López,
Tec. Luis Alonso Fernández Suárez
e Ing. Julián Jerez Mazariego            

Sí, el mismo que se presentó una vez en Televisa en el programa matutino Hoy Mismo, conducido por el periodista Guillermo Ochoa, asegurando haber inventado el mecanismo para la consecución de El Cubo Rubik o “Cubo Mágico”. Ese rompecabezas mecánico de colores: Uno de los máximos íconos que marcó los años ochentas.

El mismo que, por esos años, junto a otros escritores fundaran la Sociedad de Escritores “Letras y Voces” de Tabasco, A.C.

(Dicen las malas lenguas que para las presentaciones de sus libros los escritores invitan a sus amigos más cercanos: “para que hablen bien de ellos” …pero los amigos de Luis son tantos que no cabrían en el pódium, así que el autor decidió no subir a todos, y para presentar los Cuentos había escogido a dos: Gamaliel Sánchez Salinas y Lorenzo Morales Mendoza, y como moderador, Aarón Rueda: el más catrín de los poetas).

El lugar, la FULTabasco, feria del libro 2010 organizada por la UJAT. Frente a los presentadores unas 110 editoriales de todo México ofrecen sus libros bajo un gran toldo blanco. Gente de todas las edades, platican, leen, comen y ríen y revisan libros, regatean.

“La lectura literaria no exige velocidad”, dijo aquella noche del 11 de noviembre Gamaliel Sánchez, “no se aprende a través de manuales contentivos… En sus trabajos literarios, Luis parece decirnos: Nada sustituye al contacto directo con la palabra del escritor”.

El maestro del SITET y director de la revista Magisterio, y también Director de Difusión y Extensión de ese mismo sindicato, reconoció que Luis Alonso es un hombre que combina “su pasión por la ciencia y su amor por la literatura”, y desde hace mucho tiempo, como pocos escritores, “ha fijado la pluma en un grupo de renuentes con calma: Los niños”.

Sabe nuestro autor, metido en la piel de sus personajes, que los niños padecen angustia, soledad y encuentran compañía y respuestas a sus inquietudes en ese universo forjado al margen de la cotidianeidad.

Para Gamaliel la publicación de los Cuentos de la manada marcan un hito en la historia editorial en Tabasco, pues inicia la colección literaria infantil Colores en el mar de la máxima casa de estudios, y con esto: como en el juego de la pirinola, todos ganan…

Al tomar su turno, el Premio Tabasco de Poesía José Carlos Becerra y ex alumno durante algunos años de Alonso Fernández en el taller literario de la Sociedad de Escritores, Lorenzo Morales; en su texto titulado “Una terca muletilla llamada Luis Alonso”, expone que tuvo “la oportunidad de conocer aquellos textos desde su origen”, revelando que eran escritos que el autor “guardaba celosamente”.

De acuerdo con el también ganador del premio Nacional de Poesía de los Juegos Florales de Papantla, Veracruz, “Escribir para niños es más difícil de lo que se cree”, pues “se requiere de características que no todos los escritores poseen”. 



SALIENDO DEL TALLER:  Luis Tatu Gámez,
Beatríz la gata Pereda, Daniel el Flaco Guzmán, 
Zoyla de Dios, Wilbert Albert, Luis Alonso Fernández,
Jaime el Jimy Ruiz, y Malasangre. 


Los Cuentos de la manada están escritos en un “engañoso estilo sencillo”, y están diseñados para poner en acción la imaginación del niño.

En ese libro –explica—, el autor se lanza en el mundo de la imaginación y de la aventura. Para Lorenzo Morales, Luis habla como niño, camina como niño y, piensa como niño...

Yo coincido con esto último:


Luis Alonso Fernández Suárez (Tenosique, Tabasco, 1952). Además de Historias del principio. Su obra literaria se encuentra desparramada en los libros colectivos “Casa Llena”, “Érase una vez un cuento”, “Con Ojo de duende”, “A cuenta de cuentos” y la “Nueva antología de poetas tabasqueños contemporáneos”.

Habían pasado en ese escenario el poeta Dionicio Morales y la actriz Susana Alexander, Hugo Hiriart, Ángeles Mastreta y el mismísimo Héctor Aguilar Camín. En la inauguración de esta fiesta del libro la rectora de la UJAT había externado que en esta lucha a favor de la lectura “no somos idealistas solitarios”, y además Aguilar Camín había pegado un recio jalón de orejas a los medios de comunicación, por hacer tanto énfasis en temas como la violencia o el crimen organizado, y por último llamó a celebrar en “el espíritu pelliceriano”.

Pero ese jueves por la noche Luis era el rey. La estrella encendida. Nadie le había preguntado a ninguno de los anteriores participantes tantas cosas como a este escritor y científico que lleva una camisa a cuadros; de frente redonda y bien moldeada, de mirada interrogativa, que observa por encima de sus lentes. Poseedor de un leve aire a don Alfonso Reyes. De intelectual.


Para mí, los Cuentos de la manada es un libro que se lee de una sola sentada. Tam tam, suenan en él los tambores, esas grandes bocas que alegran o entristecen las gargantas de los corazones, cuando los hombres encienden la carne de los árboles y se reúnen alrededor de su fuego; los mismos hombres que recogen los corazones de piedra que dejan los rayos al caer. En los Cuentos, como en El Zoo-humano, de Desmond Morris y Animal farm, de Orwell, los hombres se parecen a los animales en muchas cosas.

De acuerdo a esto, lee el autor en la presentación:

Cuando un lobo tiene hambre es cuando mejor aprende, pues de eso depende que pueda comer. Un lobo nunca deja una pregunta sin formular cuando ésta ha sido pensada. Sólo los tontos no preguntan. 

Y continúa:

La voz de la madre arrullaba a sus cachorros. De color negro, cada uno tenía una marca que los diferenciaba. El mayor tenía una estrella en la frente, el siguiente un collar alrededor del cuello, el tercero botines en las patas, el otro una capa en el lomo, el quinto una medalla en el pecho y el sexto una mota en la punta de la cola. Madre loba les llamó Estrella, Collar, Botitas, Capita, Medalla y Colita…

Al término de la lectura su esposa Delfina Villegas, con micrófono en mano lo felicita, y de buena forma explica que hasta cierto punto ella ha contribuido “soportando tantos libros en la mesa”.

Doña Delfina con manos temblorosas y voz de equilibrista a punto del abismo. Encorvada y fuerte a la vez, con su vestido de flores, habla de Luis Alonso tal como una madre hablaría de su hijo con buenas notas en la escuela: “Tan buen esposo… Tan buen escritor”. Lo que puso en aprietos los ojos de Luis Alonso, que sus zonas blancas se tornaron color malteada de fresa. Después… una avalancha de aplausos.

Luis Alonso sale del lugar, a paso lento como de costumbre, con su mochila inflada de gloria, perdiéndose entre los oscuros pasillos de la DACEA, a paso lento: “como perdonando el tiempo”.


PDF Cuentos de la Manada (UJAT, 2010)

Puedes dejar tu comentario en: cae_altazor@hotmail.com

MÁS INFORMACIÓN SOBRE ESTE PERSONAJE, CONSULTE:

La natural manía de contar: notas sobre la cuentística
de Luis Alonso Fernández Suárez
MANSALVA, blog del escritor Francisco Payró

Los Cuentos de la manada: Un terca muletilla llamada Luis Alonso
LETRA DURA, blog de Lorenzo Morales Malasangre

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